Aprende el protocolo correcto para introducir un nuevo perro en un grupo familiar con otro u otros perros, gracias a los consejos de MasterDog.
El primer encuentro se tendrá que hacer en un territorio neutral (un parque o la playa, por ejemplo). De esta forma evitarás que los dos perros se sientan atrapados o acorralados y fomentarás un comportamiento natural. Es preferible que los dos perros tengan su correa colocada, en caso de que necesites corregir algún movimiento con tendencia negativa y puedas separarlos.
IMPORTANTE: Todo debe ser progresivo.
Al llegar al parque deja que se miren desde lejos, pero no los acerques todavía. Mientras estén separados, puedes darle a cada uno un juguete que pertenezca al otro perro para que vayan adaptándose al olor. Recuerda que los perros son animales con altas habilidades olfativas.
Al cabo de unos minutos, que empiecen a caminar a unos metros de distancia y permite que de forma natural cada uno se habitúe a la presencia del otro. Mantenlos separados por una distancia aproximada de 2 metros entre ellos. Esto será un simple tema de energía.
El acercamiento. Al día siguiente o en el mismo día, dependiendo de la sociabilidad de tu perro, repite la acción anterior. Si ves que el ambiente es tranquilo, puedes proceder a acercarlos un poco más.
Si observas que están totalmente tranquilos con toda la situación, puedes presentarlos debidamente (que se huelan el trasero el uno al otro).
Si todo procede de forma tranquila, puedes soltarlos, pero manteniéndote muy cerca de ellos. Deja que se olfateen por unos minutos y luego desvía la atención (con total normalidad) hacia otra acción (un juego, por ejemplo).
Si todo va bien y los perros empiezan a jugar, deja que lo hagan por un rato. Sin embargo, de vez en cuando, vuelve a redirigir su atención a otras actividades más grupales como, por ejemplo, continuar la caminata y jugar a perseguirlos. El propósito es que todas estas interacciones en espacios neutrales comiencen y finalicen de forma totalmente positiva.
HORA DE IR A CASA
Recuerda ante todo que estos primeros contactos fijarán el tono de la relación. Lleva a los dos perros a la casa, pero haz que primero compartan e interactúen en el patio. Si ves que todo marcha bien abre la puerta de la casa y deja que entren, pero acompáñalos en todo el proceso. El perro nuevo olerá todo (déjalo, es un nuevo territorio) y el perro residente estará muy atento a su comportamiento para reaccionar de una forma u otra.
Permite la interacción entre ellos pero que sea corta y positiva (¡premios a tope!). Queremos evitar que estas interacciones se vuelvan demasiado largas y pasen a ser muy intensas. Si hay alguna señal de tensión aléjalos y vuelve a intentarlo después, nunca presiones a ninguno de los dos perros a aceptarse de forma obligatoria.
No olvides que debes tener preparado un segundo comedero, una segunda cama y hasta juguetes nuevos para que no puedan existir conflictos entre uno y el otro.
CUANDO ESTÁS FUERA DE CASA
Los primeros días cuando necesites salir de casa y mientras tus mascotas se están acostumbrando a la presencia del otro y a compartir territorios, separa sus espacios. Esto ayudará a evitar peleas en tu ausencia y a disminuir comportamientos negativos en los dos perros.
Al llegar a casa júntalos y pasa tiempo de calidad con los dos. Es importante que sepas que, si bien un perro «nuevo» en la familia representa una compañía para el perro «viejo», de ninguna manera, es una sustitución de tu presencia y tu cariño.
OTROS DETALLES IMPORTANTES:
- Empareja personalidades: Si tu perro es viejo y tranquilo, no traigas a casa a un perro hiperactivo, busca uno de carácter tranquilo como él. Debemos intentar que todos se sientan a gusto.
- Suficiente para todos: Juguetes, camas, boles de comida… También nos referimos a tu presencia. Ellos te necesitan y ahora tus manos, besos y caricias deben multiplicarse por dos, así como todos los objetos personales de cada uno.
- Se consciente del lenguaje corporal y está atento a las señales que se emitan entre ellos pero tampoco les agobies ni les fuerces a interactuar. Los gruñidos pueden ser simples alertas como un «déjame en paz» así que, si no pasa nada más, no debes preocuparte.
- Evita los celos, asegúrate de darle a cada uno su atención personal y al mismo tiempo su atención grupal.
El equipo de MasterDog está a vuestra disposición para solucionar cualquier duda o consulta, ¡no dudéis en contactar con nosotros!