Señales de calma, señales de fluencia, señales de apaciguamiento, lenguaje de paz
Señales de calma, señales de fluencia, señales de apaciguamiento, lenguaje de paz…al final son términos muy parecidos que quieren describir lo mismo: el lenguaje que usan los perros para comunicarse entre ellos y con otras especies, entre ellas, la humana.
Lenguaje canino y señales de calma
La precursora del término #lenguajedecalma ha sido Turid Rugaas, educadora canina noruega, especialista en comportamiento canino, presidenta de la Asociación de Educadores Caninos de Europa (Pet Dog Trainers Europe).
Si os interesa este tema (y debería), lo mejor es comprar su libro “El lenguaje de los perros. Las señales de calma”. A pesar de estar escrito en 1997, es de increíble actualidad.
¿Para qué sirve entender las señales de calma?
Resumiendo, entender las señales de calma sirve para entender el lenguaje de tu perrx, para entender mejor a tu peludx, y en consecuencia para comunicarte mejor con él.
No respetar las señales de calma de nuestro perro puede desencadenar en comportamientos dañinos para el propio perro, pero también puede afectar mucho al vínculo que tu tengas con él y su bienestar general.
Además, entender estas señales puede evitar situaciones tensas con otros perros. La falta de entendimiento de estas señales es probablemente la causa principal de muchas conductas perrunas que consideramos como “no deseadas” (aunque son totalmente legítimas para el perro).
Fallando en la interpretación de las señales de calma con las que tu perro intenta comunicarse contigo, e incluso castigándolo por usarlas, corres el riesgo de causarle serios daños emocionales. Los cachorros y perros jóvenes pueden directamente entrar en estado de shock.
Algunos pueden simplemente dejar de hacer señales, incluso hacia otros perros. Otros, como resultado, pueden desesperarse y frustrarse al punto de ponerse muy nerviosos, agresivos o sobre-estresados.
Necesitamos aprender a interpretar el lenguaje de los perros para poder entender lo que nos están diciendo. Ese es el secreto para tener una feliz convivencia juntos.
Podemos englobar las señales en tres grupos diferentes:
• Lenguaje de interacción o comunicación: bostezar, mirar hacia un lado, girar la cabeza, dar la espalda, ponerse panza arriba, posición de juego, olfatear el suelo, entrecerrar los ojos, empujar con el hocico.
• Señales para gestionar y liberar estrés: sacar la lengua, lamerse el hocico o lamerse a sí mismo, bostezar, sacudirse, rascarse, lamer al otro perro o persona (lo que comúnmente decimos que son “besitos” o muestras de afecto).
• Signos de alerta y advertencia: jadear, postura tensa, quedarse completamente inmóvil parado (freezing), mirar de reojo, piloerección, esconder la cola entre las piernas o levantar la cola hacia arriba, posición de caza, encogerse o encorvarse, desplazarse de lado, acercamiento lento con semicírculo, arrugar el morro, smiling (“sonreír”), echar las orejas hacia atrás, enseñar los dientes, gruñir.
Como puedes ver, los perros utilizan sobre todo el lenguaje no verbal: distintos gestos faciales o corporales para comunicarse con otros perros, con los humanos, calmarse a sí mismos o al perro de al lado. Todos estos gestos sirven para disminuir el estrés, la tensión y la excitación y son útiles para evitar conflictos o agresiones.
Las señales de calma son internacionales y universales, son un “vocabulario gestual universal” que todos los perros conocen, algunos en menor y otros en mayor medida, según sus circunstancias personales y las experiencias vividas.
También existen perros con escasas habilidades comunicativas, que no leen o interpretan correctamente estas señales (esto sucede tanto en cachorros, que aún tienen que aprender, como en perros adultos que han tenido malas experiencias o una incorrecta socialización).
En este caso, se puede trabajar sobre las competencias comunicativas del perro y dotarle de estrategias para que pueda entender mejor estas señales y expresarse correctamente.
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