La reactividad en perros es una respuesta exagerada frente a algún tipo de estimulo y de normal se suele manifestar cuando el perro está atado, con correa.
Las razones de este comportamiento pueden ser muy diversas:
- Defecto en la socialización temprana.
- Miedos.
- Fobias.
- Ansiedad.
- Educación inconsciente basada en castigos.
- Excitación excesiva.
- Deseos de saludar.
- Ganas de jugar.
¿Si el perro es reactivo se considera agresivo?, para nada , no podemos confundir una cosa con la otra
A veces pensamos que un perro al comportarse así puede tener una tendencia a morder, lo negativo en cuestión sería que el perro haya aprendido a morder ante una amenaza pero también está el caso de que el perro sea reactivo y no vaya a atacar cuando por ejemplo te acerques a saludar.
Entonces...¿Cuál es el principal problema de los perros reactivos?
El principal problema reside en los tutores, que no saben identificar cuál es la amenaza que hace a los perros comportarse de esa manera ante el estímulo, por lo tanto, el tutor tiende a castigarles tirando de la correa o a tranquilizarles y a hacerles cambiar de conducta sin saber donde está realmente el origen del problema . Esta práctica, bien puede reforzar el comportamiento o causarles más estrés y ansiedad.
¿Cómo debemos proceder entonces?
Primero de todo entender que cada perro es diferente y actua de una manera diferente.
Principalmente, no hay que sobre estimular a nuestro compañero cuando está ante una amenaza, es conveniente dejar de exponer al perro ante el estímulo por un tiempo y durante ese periodo practicar la obediencia relajada con refuerzo positivo y para ello realizar practicas de ejercicio físico y mental ,y si se da el caso, se positivizar el uso del bozal , todo esto de una manera positiva y consciente.(Recordar siempre que esto es orientativo y cada perro trabaja estas áreas de manera diferente, por ello es recomendable acudir a un profesional que examine y analice a tu pelud@).
Cuando hayamos conseguido hacer estos pasos anteriores, es hora de introducir de nuevo en el paseo el estímulo que afectaba a nuestro compañero manteniendo siempre una distancia que el perro tolere.
Cuando se manifieste dicho estímulo, comenzaremos a reforzar la distracción mediante premios en forma de chuches , juegos o palabras practicado las señales de obediencia.
Para terminar recordar de nuevo que esta práctica es orientativa y que cada pelud@ es un mundo y por ello es aconsejable pedir ayuda a un profesional que analice y busque el método más óptimo para nuestro amigo.
Si te has sentido indentificad@ con esto no dudes en preguntarme.
El equipo de MasterDog está a vuestra disposición para solucionar cualquier duda o consulta, ¡no dudéis en contactar con nosotros!